Primero el «cómo»

Fundación Hubert ayuda a familias con niños en edad escolar a no tener que cambiar de colegio por motivos económicos: las becas no se dan en base a méritos académicos sino a aquellas por otros valores humanos que coincidían con los de Hubert, seleccionadas con ayuda de un comité nombrado por el colegio al que se ayuda.

Amigo de sus amigos, el mejor compañero al que tener al lado, un disfrutón en toda regla. Enamorado de los animales y de la vida. Deportista, buen cristiano y mejor persona.

Hubert, que así se llamaba por el santo patrono de los cazadores, matemáticos, ópticos y metalúrgicos, no tuvo tiempo de demostrar todo lo que podía aportar a la sociedad.

8 de diciembre de 1989. 24 años. Una curva resbaladiza por el rocío de la noche. Ambulancia. En coma. Un suspiro, y al Cielo el 13 de diciembre.

2017. Uno de sus hermanos lleva un tiempo dándole vueltas a la idea de crear algo que mantenga viva la memoria de su hermano, El objetivo es el de  ayudar a muchos otros niños, que quizás no destacan por sus altas calificaciones, pero que sí lo hacen por sus cualidades humanas. Que a través de la fundación, Hubert pueda ayudar a otros niños cuyos padres, por motivos puntuales, tengan problemas económicos para mantener a sus hijos en los colegios en los que están estudiando. “Porque es Hubert el que ayuda, no nosotros’’

Otra hermana comenta: ‘’Recuerdo muchos detalles de esos días con absoluta nitidez. Pero de lo que más me acuerdo es de todo el cariño y apoyo que recibí esas semanas, meses y muchos años después. Apoyo incondicional cuando más lo necesitaba. Y para el resto de mi vida’’. Así relata esa Navidad especialmente dura, en la que el cariño fue el mayor impulso para seguir adelante, con Hubert como gran aliado en el Cielo.

Qué hacemos

Fundación Hubert fue creada por uno de los hermanos de Hubert en el 2017, con el espíritu de que Hubert siguiese ayudando aquí en la tierra.

La misión de esta Fundación: ayudar a alumnos de distintos colegios privados a poder seguir en el mismo colegio, a pesar de momentos puntuales de apuros financieros.

El primer colegio al que acuden es en el que estudió el protagonista, Retamar. Y luego continúan con el colegio hermano, Orvalle, donde estudió otra de las hermanas. Se ha ido ampliando a más colegios, como el Colegio Santa María de los Rosales y Richmond Park School.

Se firman acuerdos bilaterales entre Fundación Hubert y los respectivos colegios, para poder ayudar a muchos Huberts que necesiten una beca para continuar sus estudios, y que quizás por sus calificaciones no la puedan obtener.

Pocas fundaciones pueden decir que el 100% de las donaciones van para ayudar a los que lo necesiten. Esta es una de ellas.

Se financia siguiendo el modelo ‘Family & friends’, que permite a todos aquellos interesados en el proyecto aportar su granito de arena.

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